La
Identidad Digital compone la imagen que los demás tienen de
mí: datos personales, imágenes, noticias, comentarios, gustos, amistades,
aficiones, etc. Todos estos datos me describen ante los demás y determina mi
reputación digital, es decir, la opinión que los demás tienen de mí en la red.
A medida que la redes sociales e internet han ido cobrando
importancia en nuestra sociedad, la identidad digital ha ido adquiriendo mayor
relevancia en cada individuo por su repercusión a nivel profesional, personal
y, en definitiva, social.
En este sentido, me ha
resultado inetersante el artículo “Desvelando nuestra identidad“ de Linda Catañeda
y Mar Camacho (2012), en el que, además de desarrollar el concepto de identidad
digital, presentan los resultados de una
primera aproximación práctica, un estudio en el que se han analizado las
percepciones de los alumnos de último año de universidad sobre su identidad
digital, su nivel de preocupación en relación con la misma y la influencia de ésta
en su presente y futuro profesional.
Entre sus conclusiones,
señalan que los estudiantes participantes están preocupados por la imagen de sí
mismos que proyectan a través de internet pero sólo de una forma social inmediata.
Uno de cada 4 estudiantes no está preocupado en absoluto por el impacto de su
actividad digital en su futuro profesional, hecho que debe tenerse en cuenta a
la hora de abordar procesos de empleabilidad no sólo en el ámbito de la educación,
sino en cualquiera de los campos profesionales.
Es especialmente
importante que los docentes pongamos de manifiesto a nuestro alumnado la
importancia de un uso correcto de la RED